miércoles, 28 de agosto de 2013

Opinión personal

Investigado este tema llegué a la conclusión que José de San Martín es un prócer con una figura intachable, imposible de no recordar por la gran trayectoria que hizo.
Dejó mucho para la historia, y no sólo de Argentina.
Personalmente me deja como enseñanza que fue una gran persona, ya que en la actualidad no hay personas que sean como él, que luchen, sean liberadores, y hagan acciones humanas como él. En la actualidad lo único que se ve es corrupción, algo que  San Martín no apoyaba.
Muy interesante y creativa la idea de crear un blog, porque trabajamos con la tecnolgía y un hombre tan importante como fué José de San Martín.

En Corral de Bustos- Ifflinger, Córdoba, mi ciudad, también podemos encontrar homenajes al General José de San Martín:

- Monumento a San Martín, ubicado en la Plaza 25 de Mayo, sobre una de las calles principales de nuestra ciudad, que es la calle Córdoba. Es uno de los pocos monumentos en donde se ve a San Martín de pie y no sobre el caballo.





- Calle San Martín, ubicada entre las calles Sarmiento y 25 de Mayo.


-Escuela Remedios Escalada de San Martín, ubicada en Entre Ríos y Reconquista, fundada en 1948:



- Jardín Remedios Escala de San Martín, ubicado en Reconquista 340. Este año, el 15 de Septiembre, el jardín cumple 50 años.
Entrada Jardín Remedios Escala de San Martín

Placas del Jardín

Parque del Jardín



La Independencia y su consolidación

El proceso de la Independencia del Perú
Las corrientes libertarias del siglo XVIII, que llevaron a la independencia de los Estados Unidos y precedieron la caída de la monarquía francesa, repercutieron en los países de América Latina con protestas, revueltas y rebeliones.Fernando VII, rey de España, había logrado frenar todo intento de emancipación en las colonias. Es así, que a comienzos de 1816, solo quedaban como unicos focos de agitacion libertaria: las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina), y la Región de los Llanos Orientales del Orinoco (Venezuela). Fue de estos dos históricos lugares de donde partieron las dos Corrientes Libertadoras que convergieron hacia el Perú: la del Sur, al mando de Don José de San Martín (1820), y la del Norte, comandada por Don Simón Bolivar.Buena parte de los peruanos combatieron en el batallón "Legión Peruana", en el que destacaron el General La Mar, los oficiales Ramón Castilla, Miguel San Román y Narciso Tudela, todos ellos distinguidos por acción heroica en el campo de batalla.

Acta de la Independencia del Perú
San Martín ocupa Lima y reúne a Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821.
Don Manuel Pérez de Tudela, más tarde Ministro de Relaciones Exteriores, redacta el Acta de la Independencia, que fue suscrita por las personas notables de la ciudad:"En la ciudad de Los Reyes, el quince de Julio de mil ochocientos veintiuno. Reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. Señor Arzobispo de esta santa Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de Castilla y varios vecinos de esta Capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en el oficio del Excmo.
Señor General en jefe del ejercito Libertador del Perú, Don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habita en esta Capital, expresen si la opinión general se halla decidida por la Independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Sr. General para proceder a la jura de ella. Todos los Srs. concurrentes , por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la Capital, dijeron: Que la voluntad general está decidida por la Independencia del Perú de la dominación Española y de cualquiera otra extrajera y que para que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo. y firmaron los Srs.: El Conde de San Isidro- Bartolomé, Arzobispo de Lima, Francisco Javier de Zárate- El Conde de la Vega de Ren- El Conde de las Lagunas-Toribio Rodriguez-Javier de Luna Pizarro-José de la Riva Aguero-El marquez de Villa fuerte ..".

Proclamación de la Independencia del  Perú
El 28 de Julio de 1821 se reúne el Cabildo Abierto en Lima, declarando junto con el pueblo la Independencia del Perú de la dominación española y de cualquier otra dominación extranjera. Don José de San Martín proclama y jura la Independencia del Perú en la Plaza Mayor de Lima con las siguientes palabras:
EL PERU DESDE ESTE MOMENTO ES LIBRE E INDEPENDIENTE
POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS
Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE
¡VIVA LA PATRIA!
¡VIVA LA LIBERTAD!
¡VIVA LA INDEPENDENCIA!"

Según el historiador Jorge Basadre, estas palabras simbolizaban un cambio histórico, había surgido el principio de "la voluntad de los pueblos".Las Ceremonias del 28 de Julio de 1821 por un testigo"...El 28 del mes anterior se juró en esta capital la Independencia del Perú. No he visto en América un concurso ni más lucido ni más numeroso. Las aclamaciones eran un eco continuado de todo el pueblo... Yo fui uno de los que pasearon ese día el estandarte del Perú independiente... Jamás podría premio alguno ser más lisonjero para mí, que ver enarbolado el estandarte de la libertad en el centro de la ciudad más importante de esta parte de América, cumpliendo el objeto de nuestros trabajos en la campaña ... ). En esa misma noche se dio refresco y baile en el cabildo. Ninguna tropa logró contener la aglomeración de gente y no pudo lucir el ambiguo que se preparó para los convidados (... ). En la noche siguiente se dio en el palacio del general un baile, al que asistieron todas las señoras, esto requeriría una descripción particular para lo que no tengo tiempo. La compostura con que se presentaron aquellas era elegante... Yo bailé mi contradanza de etiqueta con una señora y me separé con mis amigos a analizar los efectos de la política del gobierno antiguo". (Carta de Tomás Guido - amigo de San Martín - del 6 de agosto de 1821, a su esposa Pilar Spano). 


San Martín en el Perú

San Martín ocupó Lima y reunió un cabildo abierto el 15 de julio. El día 28, ante una multitud reunida en la Plaza de Armas de Lima, San Martín declaró la independencia y fue nombrado Protector del Perú con autoridad civil y militar.
Formó su ministerio con los ministros Hacienda Hipólito Unanue, de Hacienda, Juan García del Río, de Relaciones Exteriores yBernardo de Monteagudo, de Guerra y Marina. En el mes de octubre dictó un Estatuto Provisorio de Gobierno, en el cual se establecía la división territorial, la libertad de vientres, y la libertad de los indígenas de los tributos específicos. Jurídicamente, el Reglamento establecía que
“todas las leyes, ordenanzas y reglamentos quedan en su fuerza y vigor, mientras no sean derogadas o abrogadas por autoridad competente.”
Ese mismo año fundó la Biblioteca Nacional del Perú, a la cual donó su colección personal de libros, y creó la Orden del Sol, actualmente llamada Orden El Sol del Perú.
Fundó la Sociedad Patriótica, formada por 40 ciudadanos peruanos, a quienes consideró los más ilustrados entre los decididos por la causa independentista. Ésta se enfrascó en discusiones sobre la forma más conveniente de gobernar el país, entre la monarquía constitucional que apoyaba San Martín y defendían los ministros Unanue y Monteagudo, y la república, que defendían Manuel Pérez de Tudela y Mariano José de Arce. En apoyo a sus ideas monarquistas, envió a García del Río y Diego Paroissien a Europa, a conseguir un príncipe de la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, para que reinara en el Perú. También debían contratar un empréstito para continuar la campaña militar.
Estableció la libertad de comercio y la libertad de imprenta, pero no permitió otro culto religioso que el católico. Expulsó a miles de españoles nototiamente contrarios a la independencia y confiscó sus bienes.
Desde Ancón, y posteriormente desde Lima, San Martín envió una serie de campañas para incorporar al Protectorado al resto del Perú, pero algunos triunfos parciales no pudieron evitar que el Virrey se hiciera fuerte en la Sierra, fijando su capital en Cuzco; el Protector no tenía fuerzas para enfrentarlo con probabilidades ciertas de triunfar.
Durante su protectorado recibió una carta del general Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, para la campaña en el territorio de la Presidencia de Quito (actual Ecuador), en el que reclamaba la incorporación a la misma del batallón Numancia. Esta unidad, compuesta de venezolanos y neogranadinos había sido formada en Venezuela en 1813 y enviada al Perú tres años más tarde en por Pablo Morillo. A poco de desembarcar San Martín en territorio peruano, se había pasado a sus filas. San Martín se negó a perder la excelente unidad, y en su lugar envió una División Auxiliar al mando de Andrés de Santa Cruz —en su mayoría compuesta por tropas inexpertas— que participaron en las batallas de Riobamba y Pichincha.
Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 se realizó la Entrevista de Guayaquil, donde se reunió con Simón Bolívar, teniendo como tema principal la liberación del Perú, principal baluarte realista en Sudamérica. Tras una conversación privada, cuyo contenido sólo se puede conjeturar, cedió a Bolívar la iniciativa y conclusión de la campaña libertadora.
Poco después decidió retirarse de todos los cargos y volver a su país.

Su gobierno había durado desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822.
Hemiciclo de la Rotonda, monumento 
en homenaje a los libertadores.

martes, 27 de agosto de 2013

El Cruce de los Andes



¿Qué fue el Cruce de los Andes?
El Cruce de los Andes fue un conjunto de maniobras realizadas por el Ejército de los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina) entre el 12 de enero y el 8 de febrero de 1817, para atravesar la cordillera de los Andes desde la región argentina de Cuyo hasta Chile, y enfrentar a las tropas realistas leales a la Corona española que allí se encontraban. Formó parte del plan que el general José de San Martín desarrolló para llevar a cabo la Expedición Libertadora de Chile y del Perú.

                       Historia
El Plan continental de Independencia que habitaba en la mente del futuro libertador exigía preparar un ejército “ pequeño pero bien disciplinado” en suelo mendocino, sorprender al enemigo cruzando la cordillera de Los Andes y una vez liberado Chile, reforzar las tropas con la incorporación de las del país trasandino. Desde el nuevo territorio libre, la estrategia se proponía avanzar por el Pacífico y atacar al Perú desde el mar, mientras un ejército de observadores en el camino del Alto Perú debería empujar a los realistas hacia Lima y luego de la ocupación de este bastión colonial, continuar la marcha libertadora hacia el norte.
El primer obstáculo se erigía en la estrategia como la montaña en el terreno, tan evidentes uno y otro, como arduos superarlos. San Martín debía conducir el ejército con todos sus materiales y bagajes, incluida la artillería, a través de un terreno totalmente inhóspito; asegurando a la vez que la tropa, al final del penoso recorrido, estaría en condiciones de dar aquella gran batalla que el Libertador ya había previsto fuese en la Cuesta de Chacabuco. Este cruce andino ha pasado a la historia como uno de los hechos de armas más grandiosos que ha visto el mundo.
Los probables caminos a transitar fueron recorridos innumerables veces por oficiales, baqueanos y hasta el mismo comandante en jefe del ejército, para elegir los más convenientes en función de los objetivos militares a alcanzar. Así fue que el conocimiento del terreno fue prioritario en la elaboración de los planes. El terreno hablaba a través de los testimonios de viajeros, viejas cartografías y reconocimientos personales. Pero en varias ocasiones, desde setiembre 1814 hasta la primavera de 1816, fue el mismo San Martín quien interpeló directamente a la montaña. Realizó numerosos reconocimientos, desde el valle de Uspallata hasta los caminos de importancia entre San Carlos y San Juan. Mientras, el cuerpo de ingenieros del ejército de Los Andes, hacía lo propio en un frente de 300 kilómetros, relevando las distancias a cronómetro y luego volcando sus conclusiones en planos parciales y generales. Debió analizar las ventajas y desventajas topográficas que presentaban cada uno de ellos, sus posibilidades de acceso y la disponibilidad de recursos naturales indispensables. Esta evaluación llevó a establecer una combinación de rutas que permitieran cumplir las premisas de la Campaña, tomar objetivos principales y secundarios, inducir a la población a adherir a la causa de la independencia y dar en una sola y gran batalla el golpe decisivo al poder realista en Chile.
Esta verdadera labor de ingeniería estratégica, llevó a San Martín a elegir seis grandes rutas, desde el norte argentino, en la Provincia de La Rioja, hasta nuestro sur mendocino, en el actual departamento de Malargüe. Nacen así los caminos que pasarían a la historia como las “rutas sanmartinianas” y de las cuales Uspallata, del Portillo y Planchón, recorren nuestro territorio provincial, mientras que el paso que recibió el grueso de las cansadas huellas de la tropa, el de Los Patos, se comparte en su recorrido con la provincia de San Juan.
Por el primero de esos trayectos marcharían los hombres del entonces Coronel Juan Gregorio de Las Heras, con expresas órdenes de llegar al Valle de Aconcagua el 8 de febrero de 1815, luego de requisar ganado y copar guardias enemigas en las estibaciones cordilleranas, hasta tomar contacto con la vanguardia del Ejército, conducida por el brigadier Soler. Días después avanzaría por las mismas huellas, el esforzado Capitán Fray Luis Beltrán, con la artillería patriota. Otro grupo miliciano recorría el camino del Portillo argentino, en las cercanías del Manzano Histórico, bajo las órdenes del Capitán José León Lemos, con la misión principal de simular ser la vanguardia de las fuerzas principales, y de esta forma desorientar a los realistas y fomentar su insurrección. Por el paso del Planchón, avanzarían los hombres del teniente coronel Ramón Freyre, patriota chileno quien, con escasos 190 hombres debía cumplir objetivos similares.
El grueso de la tropa, con el Estado Mayor comandado por San Martín, emprendería el duro camino al norte, en busca de tierra sanjuanina, para vencer la cordillera de Los Patos, dejando atrás alturas de más de cuatro mil metros en el Espinacito, e ingresando a Chile por los pasos de las Llaretas y Valle Hermoso. El encuentro con los hombres de Las Heras, cerraría esta etapa, abriendo el capítulo de la gran victoria. Se había desafiado a la altura, se la había vencido, para conquistarla para siempre.

Conclusión
San Martín y sus hombres cruzaron la cordillera de Los Andes y derrotaron a los españoles en la batalla de Maipú. La primera parte del plan continental estaba superada. El próximo paso suponía dirigirse hacia el Alto Perú para combatir con el bastión más grande de los realistas en América.


El Cruce de los Andes es considerado como uno de los grandes hitos de la historia argentina, así como también como una de las mayores hazañas de la historia militar universal. Algunos autores lo toman como parte de un conjunto de acciones que integran el llamado Plan de Maitland.
El monumento al Ejército de los Andes, 
en el Cerro de la Gloria, en la ciudad de 
Mendoza.

El Gobierno de José de San Martín en Mendoza

San Martín asume como gobernador de Cuyo en 1814. Poco tiempo después llegan a Mendoza los patriotas chilenos derrotados en Rancagua. A una ciudad de 10.000 habitantes llegan 3.000 emigrados. Entre ellos Bernardo de O'Higgins y los hermanos Carrera. San Martín simpatiza con el primero de ellos y cuando se manifiesta una disidencia entre los Carrera y O`Higgins, el gobernador de Cuyo ordena que los Carrera vayan hacia Buenos Aires.
A mediados de 1815, la Junta de Observación, heredera de la Junta Grande, sanciona el Estatuto Provisorio que debía regir a las Provincias Unidas y a mediados de año se realizó la elección de los diputados que debían concurrir al Congreso General convocado en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Don Tomás Godoy Cruz y Don Juan Agustín Maza serían los representantes por Mendoza, de acuerdo al resultado de las elecciones y la influencia de San Martín.
A fines de julio de 1816 llegó la circular de Narciso Laprida, presidente del Soberano Congreso de Tucumán, notificando la declaración de la Independencia. Ya era la hora de San Martín y el Ejército de los Andes. Es por ello que el general solicita el relevo de su cargo de gobernador, como premio a sus esfuerzos, para dedicarse a la organización de ese grupo de hombres unidos en armas y bajo el mismo desafío: la libertad americana. El Cabildo de Mendoza cede a San Martín y a su hija, 200 cuadras de terreno en Barriales, mientras es nombrado su sucesor al frente del Gobierno de Cuyo: el general don Toribio de Luzuriaga, un eficaz colaborador de la empresa sanmartiniana, quien asume el cargo el 24 de setiembre de 1816. Hacia fines de 1820 con el desmembramiento de Cuyo y la proclamación de San Juan y San Luis como provincias independientes, Luzuriaga resuelve poner fin a su gobierno.
  Monumento a San Martín en la ciudad de 
Buenos Aires

Una economía de guerra
No hay campaña militar que pueda realizarse sin los recursos indispensables para cumplirla con éxito. La economía cuyana no hacía presumir que tales recursos pudieran obtenerse. Por ello, al asumir su cargo en esta ciudad, San Martín preparó el terreno en todos los sentidos, adecuándolo al esfuerzo que se aproximaba, y a la gloria que parecía más un espejismo del vasto desierto.
Sus medidas debían ser lo suficientemente elásticas como para responder a las cambiantes condiciones políticas y militares, pero basadas en las reales condiciones imperantes en el comercio, la industria y la producción mendocina de aquellos años, seriamente perjudicadas por la reconquista realista del vecino Chile. La guerra debía comenzar antes en la economía, y la primera batalla consistía en aumentar los recursos y disminuir los gastos. Para esto, estableció contribuciones especiales, regularizó impuestos y fijó gravámenes para el sostén del ejército, en un delicado equilibrio que marcó la más severa imposición sin destruir los recursos productivos y a su vez conformando fondos de reservas a los cuales recurrir cuando la situación así lo demandara. Medidas y requerimientos que debían lograr sus objetivos sin provocar descontento ni oposición. Con firmeza, el futuro libertador buscó el difícil equilibrio, pero hombre hecho al fin para sortear dificultades, encontraría un justo término y la respuesta favorable de sus gobernados.

Las mejoras económicas
Luego llegaría el momento del estratega militar, mientras tanto se imponía en San Martín el estratega político y económico. Desde septiembre de 1814, Mendoza es testigo de una notable acción de gobierno plena de logros e innovaciones. La activación económica lo llevó a estimular la producción en general. Con ampliación de los canales de riego y su saneamiento extendió las áreas cultivables, y con el cateo de minas de cobre y plomo, logró promover la minería mendocina.
Prosperaron durante su gobierno las industrias de curtidos, tejidos y talabartería. También lo hicieron los ramos de herrería y la preparación artesanal de sencillos productos alimenticios que abastecieron tanto al ejército como a la población civil.
San Martín no descuidó la ciudad, exhortó a los vecinos a blanquear los frentes de las viviendas, limpiar la extensión de la Alameda, y colaborar en el equipamiento del ejército. El orden que puso en la actividad de las pulperías, las disposiciones contra el juego, y la regulación del tránsito con la prohibición de galopar en las calles, redundaron en la seguridad de sus habitantes. También la Salud preocupaba al general, y se ocupaba como hombre de acción que era. Con la creación de dispensarios y otras implementaciones, mejoró la calidad de la salud pública. La creación de nuevas postas de correo en Mendoza y en San Juan dio un nuevo impulso a las comunicaciones.
Encaminadas sus tareas gubernamentales, San Martín fue dedicando más tiempo a la formación del ejército. Sobre la base de las tropas existentes en Cuyo más el aporte de los auxiliares de Chile, fue desarrollando la maquinaria bélica destinada a libertar medio continente. Con respecto al área militar, introdujo tácticas napoleónicas y preparó especialmente a los hombres llegados de diferentes puntos del país.
La formación de este ejército de excelencia, requería un lugar adecuado en las cercanías de la ciudad, búsqueda que concluiría en el paraje El Plumerillo, donde nacería el campo de instrucción y escuela de las tropas sanmartinianas.
Los oficiales completaban su formación con clases teóricas en las que recibían instrucción en tácticas y estrategias europeas que muchos de ellos sabrían aplicar en la Campaña y en guerras posteriores.
Más allá de las discusiones acerca de la ubicación del Campo de Instrucción, que ha concitado el interés de los historiadores, el actual emplazamiento del Campo del Plumerillo, el mismo Cristo Redentor y las distintas rutas sanmartinianas de la Provincia, se constituyen en perdurables e inequívocos testigos que revelan a quien los recorre, las enormes dificultades que debieron ser salvadas por el genio militar del general San Martín para convertir su sueño de independencia sudamericana en una realidad tan cierta y tangible, como arduo y complejo el modo de alcanzarla.


                                                                     La historia revivió El Plumerillo

El Ejército del Norte

El Ejército del Norte, denominado en los documentos de su época Ejército Auxiliar del Perú o Ejército del Perú ya que aún cuando era argentino su objetivo era liberar al Alto Perú y al Perú, fue el primer cuerpo militar desplegado por las Provincias Unidas del Río de la Plata en la guerra de la Independencia Argentina. Este ejército fue el encargado de actuar, bajo el mando, entre otros de Manuel Belgrano, en la región noroeste de la actual República Argentina y el Alto Perú (actual Bolivia), en donde se desarrolló uno de los principales frentes de batalla contra los realistas fieles a la corona de España.
Su acción en el frente independentista comenzó en 1810 y concluyó en 1817, con la derrota de las fuerzas comandadas por Gregorio Aráoz de Lamadrid en la batalla de Sopachuy, en un último intento de avanzar sobre el Alto Perú. A partir de allí las acciones ofensivas finalizaron, manteniéndose sólo en situación defensiva. La ofensiva ya había sido trasladada al Ejército de los Andes, comandado por José de San Martín, que concibió la idea de llegar por mar hasta Lima, el principal bastión realista, tras liberar Chile. El Ejército del Norte, nuevamente al mando de Belgrano, fue llamado para intervenir en las luchas internas suscitadas por el conflicto entre el gobierno central con sede en Buenos Aires y los caudillos federales del Litoral. El Motín de Arequito(1820), causado por la renuencia de los veteranos del frente independentista a comprometerse en luchas intestinas, puso fin a su existencia.
La Expedición Libertadora al Paraguay comandada por Belgrano llevó antes el nombre de Ejército del Norte, pasando con el tiempo a ser conocido así el que actuaba en el Alto Perú.

Durante la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, un nuevo cuerpo militar recibió el nombre de Ejército del Norte 1837 al mando de Alejandro Heredia, desapareciendo de nuevo tras su asesinato en 1838 al estallar la rebelión conocida como Coalición del Norte, finalizando la guerra en 1839 con la victoria chilena en Yungay y el retiro de los peruano-bolivianos del territorio argentino.

El Combate de San Lorenzo


¿Qué fue el Combate de San Lorenzo?

El Combate de San Lorenzo tuvo lugar el 3 de febrero de 1813, junto al Convento de San Carlos Borromeo en la localidad de San Lorenzo de la provincia de Santa Fe (Argentina), entre las fuerzas independentistas rioplatenses (argentinas) y las colonialistas españolas (realistas).

Historia
La ciudad de Montevideo — declarada por España como capital provisional del Virreinato del Río de la Plata — era la principal base naval española en el océano Atlántico Sur; por tierra estaba sitiada por el ejército de José Rondeau, al que luego se sumaría José Gervasio Artiga. De modo que los españoles tenían que hacer uso del mar y del Río de la Plata para abastecerse. Frecuentemente, una escuadrilla realista salía de Montevideo en dirección al Paraná, y sus hombres merodeaban las costas robando los ganados.
Una expedición compuesta de once embarcaciones, que había salido de Montevideo con el propósito indicado, fue seguida paralelamente por tierra por el coronel de caballería José de San Martín, al frente de 125 hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente creado por él.
Las fuerzas de San Martín se adelantaron, deteniéndose el 2 de febrero cerca de la posta del Espinillo, situada a 21 km al norte del Rosario, donde hoy se ubica la ciudad de Capitán Bermúdez. Tras cambiar los caballos, continuaron al día siguiente su recorrido hasta el Convento San Carlos, ingresando por el lado oeste del monasterio. En ese lugar existe el convento de San Carlos, donde — tras negociar la situación con el superior de los frailes franciscanos del convento, fray Pedro García — San Martín ocultó a sus granaderos, de modo que la escuadrilla realista no pudo observarlos.
Los realistas desembarcaron y avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona. Para su sorpresa, fueron atacados por los granaderos a caballo sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una de ellas —la de la izquierda y la primera en moverse— estaba encabezada por José de San Martín; la otra estaba encabezada por el capitán oriental Justo Germán Bermúdez, quien estaba secundado por el joven teniente porteño Manuel Díaz Vélez. Bermúdez ejecutó un rodeo muy grande, forzando la escapatoria de los españoles hacia sus buques. La táctica militar empleada por el General San Martín consistió en una maniobra envolvente, tomada de Napoleón.
El desembarco no se produjo enfrente del convento, como había previsto San Martín, sino en dirección al centro de la actual ciudad. Por ello, la columna de San Martín llegó antes de que la de Bermúdez completara el movimiento. Por un momento, los españoles lograron defenderse. Una bala hirió al caballo de San Martín, que rodó y apretó una de las piernas del coronel, inmovilizándolo. Un enemigo iba a clavarle la bayoneta, cuando apareció el soldado puntano Juan Bautista Baigorria quien en ese preciso instante se interpuso, mató al soldado realista y comenzó una defensa heroica de San Martín. Mientras, el soldado correntino Juan Bautista Cabral ayudó a San Martín a liberarse de la opresión del lomo del caballo sobre su pierna salvándole la vida.
Tanto el capitán Justo Bermúdez como el teniente Manuel Díaz Vélez y el soldado Juan Cabral morirían en esa heroica acción, por eso son conmemorados en la Historia Argentina. Existe la creencia de que Baigorria murió en la batalla de San Lorenzo, pero los registros muestran que sirvió en el ejército de los Andes hasta aproximadamente el año 1818.
La llegada del grupo de Bermúdez, impidiendo que los realistas se reorganizaran en cuadro, completó la victoria de San Martín, obligando a los realistas a huir apresuradamente. Algunos realistas se arrojaron al río desde la barranca y perecieron ahogados. El combate duró, en total, alrededor de 15 minutos.
Este combate constituyó el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballo.
Pese a lo escaso de las tropas comprometidas, y a la escasa duración de la batalla, ésta tuvo consecuencias estratégicas: no hubo más campañas de los realistas de Montevideo hacia el río Paraná, y la ciudad comenzó a tener problemas de abastecimiento. Éstos llevarían, mucho más tarde, a su caída en manos de las tropas de Buenos Aires.
San Martín se expuso al fuego enemigo hasta el punto de que en este combate casi perdió la vida. Para explicar este hecho, téngase en cuenta que en esa época muchos de los oficiales principales encabezaban los combates para ser ejemplo de sus subordinados, el otro motivo parece haber sido disipar las sospechas que pudiera haber sobre la fidelidad de San Martín: tras décadas de vida en España, aún mantenía acento peninsular, y se sospechaba que fuera un agente realista (proespañol).

Parte de notificación del combate
Parte del combate de San Lorenzo, suscrito por el coronel José de San Martín al superior gobierno:
Exmo Señor. Tengo el honor de decir a V. E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por los fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V. E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Vélez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo. El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V. E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores. Dios guarde a V. E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813.

Coronel José de San Martín


¿Qué es la Marcha de San Lorenzo?

La Marcha de San Lorenzo es una marcha militar Argentina compuesta en 1901 por el músico uruguayo nacionalizado argentino Cayetano Alberto Silva, que honra el combate de San Lorenzo.



Este año, el 3 de Febrero se cumplieron 200 Años de la Batalla de San Lorenzo

jueves, 22 de agosto de 2013

La llegada de José de San Martín a Buenos Aires desde Europa

El 12 de enero de 1812 San Martín se embarcó rumbo a Buenos Aires en la fragata británica George Canning la cual ancló en el puerto de Buenos Aires el 9 de marzo de ése año. Fue recibido por los miembros del Primer Triunvirato, quienes le reconocieron su grado de teniente coronel.
El 16 de marzo, el gobierno aceptó su propuesta de crear un cuerpo de caballería, que llamó Regimiento de Granaderos a Caballo, para custodiar las costas del río Paraná. Durante el año 1812 se ocupó de instruir a la tropa en las modernas técnicas de combate que conocía por su extensa actuación europea contra los ejércitos de Napoleón.
Junto con Carlos María de Alvear, fundó a mediados de 1812 una filial de la Logia de los Caballeros Racionales, que rebautizó con el nombre de Logia Lautaro. La sociedad estaba formada como las logias masónicas de Cádiz y de Londres. Su objetivo era trabajar con sistema y plan en la independencia de la América y su felicidad.
En octubre de 1812, cuando llegó a Buenos Aires la noticia de la victoria del Ejército del Norte en la batalla de Tucumán, comandado por Manuel Belgrano, San Martín dirigió un movimiento militar preparado por la Logia, con el objeto de derrocar al gobierno, al cual juzgaban poco decidido por la independencia. Bajo la presión de los cuerpos armados y del pueblo, se nombró un Segundo Triunvirato. Se exigió, además, llamar a una Asamblea Suprema de delegados de todas las provincias, con el fin de declarar la independencia y dictar una constitución.
El 12 de noviembre de 1812, a los 34 años, contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada, de 14 años, en la Iglesia de la Merced de Buenos Aires.

Contexto europeo desde la Revolución Francesa hasta 1824

¿Qué fue la Revolución Francesa?
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.

La situación europea
Europa se ve sacudida por los intereses imperialistas de Napoleón Bonaparte (1769-1821).
• En 1799, recibe el título de Primer Cónsul.
• En 1800, invade Italia: a pesar del patrullaje austríaco, Napoleón cruza el Gran San Bernardo y ocupa Milán; gana la batalla de Marengo y expulsa a los austriacos de Italia.
• En 1801, firma el Tratado de Luneville con Austria y, un año después, el Tratado de Amiens con los ingleses.
En este periodo, Napoleón se da a la reconstrucción de Francia: puertos, fábricas, caminos... que la Revolución Francesa había destruido. Se elabora el Código napoleónico basado en el Derecho romano, establece el Banco de Francia, impone una política fiscal, reorganiza el ministerio de hacienda, crea el Consejo de Estado, sienta las bases del sistema educativo estatal, iniciándose la creación de Escuelas Secundarias y Técnicas y –finalmente– la Universidad de Francia en 1808.
Hombre de extraordinaria capacidad organizativa, de gran voluntad y energía admirable (cuentan que sólo dormía cuatro horas diarias), interviene personalmente en todos los ámbitos de la vida francesa.
• En 1802, firma un Concordato con el Papa y aprueba el Catolicismo como la religión del Estado.
• En 1804, se corona Emperador de los franceses en Notre Dame (la iglesia más importante de París).
• Un año después, 1805, se reinician las hostilidades con Inglaterra. Vende la Luisiana a Estados Unidos.
• También en 1805, Austria y Rusia se alían a Inglaterra y Napoleón cruza el Rhin al frente de su ejército: pasa los Alpes, cruza el Danubio, vence a los austriacos, cae Viena y en diciembre se enfrenta al ejército austro-ruso en Austerlitz, batalla que enorgullecerá siempre a Napoleón. El triunfo es completo.
• La flota francesa pierde en Trafalgar. La guerra con Inglaterra empieza a ser desastrosa.
• Nombra a su hermano José, rey de Nápoles; a su hermano Luis, rey de Holanda; él mismo, rey de Italia.
• En 1806, Napoleón por medio del Decreto de Berlín cierra todos los puertos del continente al comercio inglés. Este bloqueo no resulta suficiente, sobre todo por lo que respecta a España y Portugal.
• Ese mismo año, gana la batalla de Jena, Prusia (actualmente parte de Alemania) y en octubre de ese año se encuentra en Berlín. Napoleón avanza a través de Polonia, al mismo tiempo que atiende los asuntos de Francia, como si estuviese presente, en comunicación diaria con París.
• En 1807 despedaza al ejército ruso en Friedland, Alemania. Después se entrevista con  Alejandro I de Rusia y con el rey de Prusia en Tilsit y, entre los tres, rehacen el mapa de Europa. Por medio de este arreglo, toda la parte occidental europea queda bajo el gobierno de la familia Bonaparte, creándose los Estados Unidos de Europa.
• En 1808, invade España, hace abdicar a Carlos IV y nombra a su hermano José como rey de ésta.
• En 1809, los austriacos vuelven a declararle la guerra, Napoleón y su ejército, organizado en cinco días, entran a Viena donde tiene lugar la batalla de Wagran, la que gana con pérdidas cuantiosas.
• En 1810, divorciado de la emperatriz Josefina, se casa con Maria Luisa, hija del emperador austriaco. Esta boda no consolida la paz.
• En mayo de 1812, las relaciones cada vez más tirantes con Rusia, se rompen. Napoleón Bonaparte, entonces, prepara la invasión de Rusia con600,000 hombres. 600,000 soldados... número sorprendente si se toma en cuenta que Francia estaba exhausta. Más de un millón setecientos mil soldados franceses habían muerto entre 1804 y 1811. El avance hacia Rusia resulta contundente: el ejército ruso se repliega e incendia cada sitio que abandona; los franceses atraviesan campos arrasados, pueblos vacíos... en septiembre de 1811 entran a Moscú, hambrientos y en busca de refugio; esa noche, Moscú estaba en llamas, incendiada por los propios rusos. Los cosacos los hostigaban... el frío los aniquilaba... alrededor de 40,000 hombres helados y casi en agonía, retornan a Alemania.
• 1813 inicia la época de las campañas desastrosas: pierde la batalla de Leipzig; en poco tiempo, Austria, Prusia y Bavaria llegan al Rhin.
• Inglaterra cruza los Pirineos. Francia, aniquilada, se rinde. El 11 de abril de 1814, abdica Napoleón. Desterrado, desde la isla de Elba intenta organizar al ejército francés y abrir nuevos caminos: en 1815 sale de la isla y desembarca en Cannes. El ejército se pone a sus órdenes; tres semanas después, el rey Luis XVIII huye y Napoleón entra triunfante a París. Se compromete a respetar todos los tratados, pero Inglaterra no le cree, él mismo parece dudarlo. Avanza sobre Bélgica y en junio de ese año se arroja contra los ingleses en la famosa batalla de Waterloo. Enfermo, pierde la batalla; regresa a París y abdica. Un mes después, a bordo del barco inglés Bellerophone es hecho prisionero. El gobierno inglés, temeroso, lo destierra a la lejana isla de Santa Elena, donde muere. Sus restos son llevados a Francia en 1840 y enterrados con todos los honores en el Monumento de los Inválidos.
Después de la caída de Napoleón, se produce la restauración de los reyes destronados por la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico. Parece, como si se restaurara el Antiguo Régimen. Los monarcas buscan conservar el absolutismo. El Congreso de Viena ayuda a su establecimiento. Sin embargo, los liberales burgueses empiezan a promover movimientos que causan gran temor en los gobernantes absolutistas de Austria, Rusia y Prusia que se integran en la Liga llamada Santa Alianza. Sus propósitos: los principios del Cristianismo y la paz. Clemente de Metternich, ministro de Austria, hombre conservador, convierte la Santa Alianza en una moderna Santa Inquisición Internacional que intervenía en los países europeos donde surgían las ideas revolucionarias. Interviene, así para sofocar movimientos populares alemanes, en el Piamonte (parte norte de Italia) y en Nápoles. También interviene en España, donde el movimiento popular ha obligado a Fernando VIl a aceptar la Constitución de Cádiz. La Santa Alianza vence a los liberales españoles y restablece el absolutismo del monarca español; intenta intervenir en la independencia de las colonias españolas en América, Inglaterra se opone y el presidente de los Estados Unidos. Jacobo Monroe hace famosa su declaración llamada desde entonces:
Doctrina Monroe. “los países americanos no deben ser considerados en adelante como susceptibles de colonización por ninguna potencia europea. América es para los americanos.”
El segundo y definitivo fracaso de la Santa Alianza se presenta en el conflicto entre los griegos ortodoxos y los turcos musulmanes. Prusia y Austria apoyan a Turquía; Francia, Inglaterra y Rusia a Grecia. La flota franco-anglo-rusa resulta vencedora: la Santa Alianza se disuelve. Estos movimientos incontrolables tienen un carácter liberal y nacional.