jueves, 22 de agosto de 2013

Contexto europeo desde la Revolución Francesa hasta 1824

¿Qué fue la Revolución Francesa?
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.

La situación europea
Europa se ve sacudida por los intereses imperialistas de Napoleón Bonaparte (1769-1821).
• En 1799, recibe el título de Primer Cónsul.
• En 1800, invade Italia: a pesar del patrullaje austríaco, Napoleón cruza el Gran San Bernardo y ocupa Milán; gana la batalla de Marengo y expulsa a los austriacos de Italia.
• En 1801, firma el Tratado de Luneville con Austria y, un año después, el Tratado de Amiens con los ingleses.
En este periodo, Napoleón se da a la reconstrucción de Francia: puertos, fábricas, caminos... que la Revolución Francesa había destruido. Se elabora el Código napoleónico basado en el Derecho romano, establece el Banco de Francia, impone una política fiscal, reorganiza el ministerio de hacienda, crea el Consejo de Estado, sienta las bases del sistema educativo estatal, iniciándose la creación de Escuelas Secundarias y Técnicas y –finalmente– la Universidad de Francia en 1808.
Hombre de extraordinaria capacidad organizativa, de gran voluntad y energía admirable (cuentan que sólo dormía cuatro horas diarias), interviene personalmente en todos los ámbitos de la vida francesa.
• En 1802, firma un Concordato con el Papa y aprueba el Catolicismo como la religión del Estado.
• En 1804, se corona Emperador de los franceses en Notre Dame (la iglesia más importante de París).
• Un año después, 1805, se reinician las hostilidades con Inglaterra. Vende la Luisiana a Estados Unidos.
• También en 1805, Austria y Rusia se alían a Inglaterra y Napoleón cruza el Rhin al frente de su ejército: pasa los Alpes, cruza el Danubio, vence a los austriacos, cae Viena y en diciembre se enfrenta al ejército austro-ruso en Austerlitz, batalla que enorgullecerá siempre a Napoleón. El triunfo es completo.
• La flota francesa pierde en Trafalgar. La guerra con Inglaterra empieza a ser desastrosa.
• Nombra a su hermano José, rey de Nápoles; a su hermano Luis, rey de Holanda; él mismo, rey de Italia.
• En 1806, Napoleón por medio del Decreto de Berlín cierra todos los puertos del continente al comercio inglés. Este bloqueo no resulta suficiente, sobre todo por lo que respecta a España y Portugal.
• Ese mismo año, gana la batalla de Jena, Prusia (actualmente parte de Alemania) y en octubre de ese año se encuentra en Berlín. Napoleón avanza a través de Polonia, al mismo tiempo que atiende los asuntos de Francia, como si estuviese presente, en comunicación diaria con París.
• En 1807 despedaza al ejército ruso en Friedland, Alemania. Después se entrevista con  Alejandro I de Rusia y con el rey de Prusia en Tilsit y, entre los tres, rehacen el mapa de Europa. Por medio de este arreglo, toda la parte occidental europea queda bajo el gobierno de la familia Bonaparte, creándose los Estados Unidos de Europa.
• En 1808, invade España, hace abdicar a Carlos IV y nombra a su hermano José como rey de ésta.
• En 1809, los austriacos vuelven a declararle la guerra, Napoleón y su ejército, organizado en cinco días, entran a Viena donde tiene lugar la batalla de Wagran, la que gana con pérdidas cuantiosas.
• En 1810, divorciado de la emperatriz Josefina, se casa con Maria Luisa, hija del emperador austriaco. Esta boda no consolida la paz.
• En mayo de 1812, las relaciones cada vez más tirantes con Rusia, se rompen. Napoleón Bonaparte, entonces, prepara la invasión de Rusia con600,000 hombres. 600,000 soldados... número sorprendente si se toma en cuenta que Francia estaba exhausta. Más de un millón setecientos mil soldados franceses habían muerto entre 1804 y 1811. El avance hacia Rusia resulta contundente: el ejército ruso se repliega e incendia cada sitio que abandona; los franceses atraviesan campos arrasados, pueblos vacíos... en septiembre de 1811 entran a Moscú, hambrientos y en busca de refugio; esa noche, Moscú estaba en llamas, incendiada por los propios rusos. Los cosacos los hostigaban... el frío los aniquilaba... alrededor de 40,000 hombres helados y casi en agonía, retornan a Alemania.
• 1813 inicia la época de las campañas desastrosas: pierde la batalla de Leipzig; en poco tiempo, Austria, Prusia y Bavaria llegan al Rhin.
• Inglaterra cruza los Pirineos. Francia, aniquilada, se rinde. El 11 de abril de 1814, abdica Napoleón. Desterrado, desde la isla de Elba intenta organizar al ejército francés y abrir nuevos caminos: en 1815 sale de la isla y desembarca en Cannes. El ejército se pone a sus órdenes; tres semanas después, el rey Luis XVIII huye y Napoleón entra triunfante a París. Se compromete a respetar todos los tratados, pero Inglaterra no le cree, él mismo parece dudarlo. Avanza sobre Bélgica y en junio de ese año se arroja contra los ingleses en la famosa batalla de Waterloo. Enfermo, pierde la batalla; regresa a París y abdica. Un mes después, a bordo del barco inglés Bellerophone es hecho prisionero. El gobierno inglés, temeroso, lo destierra a la lejana isla de Santa Elena, donde muere. Sus restos son llevados a Francia en 1840 y enterrados con todos los honores en el Monumento de los Inválidos.
Después de la caída de Napoleón, se produce la restauración de los reyes destronados por la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico. Parece, como si se restaurara el Antiguo Régimen. Los monarcas buscan conservar el absolutismo. El Congreso de Viena ayuda a su establecimiento. Sin embargo, los liberales burgueses empiezan a promover movimientos que causan gran temor en los gobernantes absolutistas de Austria, Rusia y Prusia que se integran en la Liga llamada Santa Alianza. Sus propósitos: los principios del Cristianismo y la paz. Clemente de Metternich, ministro de Austria, hombre conservador, convierte la Santa Alianza en una moderna Santa Inquisición Internacional que intervenía en los países europeos donde surgían las ideas revolucionarias. Interviene, así para sofocar movimientos populares alemanes, en el Piamonte (parte norte de Italia) y en Nápoles. También interviene en España, donde el movimiento popular ha obligado a Fernando VIl a aceptar la Constitución de Cádiz. La Santa Alianza vence a los liberales españoles y restablece el absolutismo del monarca español; intenta intervenir en la independencia de las colonias españolas en América, Inglaterra se opone y el presidente de los Estados Unidos. Jacobo Monroe hace famosa su declaración llamada desde entonces:
Doctrina Monroe. “los países americanos no deben ser considerados en adelante como susceptibles de colonización por ninguna potencia europea. América es para los americanos.”
El segundo y definitivo fracaso de la Santa Alianza se presenta en el conflicto entre los griegos ortodoxos y los turcos musulmanes. Prusia y Austria apoyan a Turquía; Francia, Inglaterra y Rusia a Grecia. La flota franco-anglo-rusa resulta vencedora: la Santa Alianza se disuelve. Estos movimientos incontrolables tienen un carácter liberal y nacional.


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