¿Qué fue la Revolución Francesa?
La Revolución
francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de
violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus
implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a
partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se
inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea
Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón
Bonaparte en 1799.
Si bien
la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía
constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera
tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la
revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un
nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas
populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La
revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus
estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo
ilegítimo.
La situación europea
Europa
se ve sacudida por los intereses imperialistas de Napoleón Bonaparte (1769-1821).
• En
1799, recibe el título de Primer Cónsul.
• En
1800, invade Italia: a pesar del patrullaje austríaco, Napoleón cruza el Gran
San Bernardo y ocupa Milán; gana la batalla de Marengo y expulsa a los
austriacos de Italia.
• En
1801, firma el Tratado de Luneville con Austria y, un año después, el Tratado
de Amiens con los ingleses.
En este
periodo, Napoleón se da a la reconstrucción de Francia: puertos, fábricas,
caminos... que la Revolución Francesa había destruido. Se elabora el Código
napoleónico basado en el Derecho romano, establece el Banco de Francia, impone
una política fiscal, reorganiza el ministerio de hacienda, crea el Consejo de
Estado, sienta las bases del sistema educativo estatal, iniciándose la creación
de Escuelas Secundarias y Técnicas y –finalmente– la Universidad de Francia en
1808.
Hombre
de extraordinaria capacidad organizativa, de gran voluntad y energía admirable
(cuentan que sólo dormía cuatro horas diarias), interviene personalmente en
todos los ámbitos de la vida francesa.
• En
1802, firma un Concordato con el Papa y aprueba el Catolicismo como la religión
del Estado.
• En
1804, se corona Emperador de los franceses en Notre Dame (la iglesia más
importante de París).
• Un año
después, 1805, se reinician las hostilidades con Inglaterra. Vende la Luisiana
a Estados Unidos.
•
También en 1805, Austria y Rusia se alían a Inglaterra y Napoleón cruza el Rhin
al frente de su ejército: pasa los Alpes, cruza el Danubio, vence a los austriacos,
cae Viena y en diciembre se enfrenta al ejército austro-ruso en Austerlitz,
batalla que enorgullecerá siempre a Napoleón. El triunfo es completo.
• La
flota francesa pierde en Trafalgar. La guerra con Inglaterra empieza a ser
desastrosa.
• Nombra
a su hermano José, rey de Nápoles; a su hermano Luis, rey de Holanda; él mismo,
rey de Italia.
• En
1806, Napoleón por medio del Decreto de Berlín cierra todos los puertos del
continente al comercio inglés. Este bloqueo no resulta suficiente, sobre todo
por lo que respecta a España y Portugal.
• Ese
mismo año, gana la batalla de Jena, Prusia (actualmente parte de Alemania) y en
octubre de ese año se encuentra en Berlín. Napoleón avanza a través de Polonia,
al mismo tiempo que atiende los asuntos de Francia, como si estuviese presente,
en comunicación diaria con París.
• En
1807 despedaza al ejército ruso en Friedland, Alemania. Después se entrevista
con Alejandro I de Rusia y con el rey de
Prusia en Tilsit y, entre los tres, rehacen el mapa de Europa. Por medio de
este arreglo, toda la parte occidental europea queda bajo el gobierno de la
familia Bonaparte, creándose los Estados Unidos de Europa.
• En
1808, invade España, hace abdicar a Carlos IV y nombra a su hermano José como
rey de ésta.
• En
1809, los austriacos vuelven a declararle la guerra, Napoleón y su ejército,
organizado en cinco días, entran a Viena donde tiene lugar la batalla de
Wagran, la que gana con pérdidas cuantiosas.
• En
1810, divorciado de la emperatriz Josefina, se casa con Maria Luisa, hija del
emperador austriaco. Esta boda no consolida la paz.
• En
mayo de 1812, las relaciones cada vez más tirantes con Rusia, se rompen.
Napoleón Bonaparte, entonces, prepara la invasión de Rusia con600,000 hombres. 600,000
soldados... número sorprendente si se toma en cuenta que Francia estaba
exhausta. Más de un millón setecientos mil soldados franceses habían muerto
entre 1804 y 1811. El avance hacia Rusia resulta contundente: el ejército ruso
se repliega e incendia cada sitio que abandona; los franceses atraviesan campos
arrasados, pueblos vacíos... en septiembre de 1811 entran a Moscú, hambrientos
y en busca de refugio; esa noche, Moscú estaba en llamas, incendiada por los
propios rusos. Los cosacos los hostigaban... el frío los aniquilaba... alrededor
de 40,000 hombres helados y casi en agonía, retornan a Alemania.
• 1813
inicia la época de las campañas desastrosas: pierde la batalla de Leipzig; en
poco tiempo, Austria, Prusia y Bavaria llegan al Rhin.
•
Inglaterra cruza los Pirineos. Francia, aniquilada, se rinde. El 11 de abril de
1814, abdica Napoleón. Desterrado, desde la isla de Elba intenta organizar al
ejército francés y abrir nuevos caminos: en 1815 sale de la isla y desembarca
en Cannes. El ejército se pone a sus órdenes; tres semanas después, el rey Luis
XVIII huye y Napoleón entra triunfante a París. Se compromete a respetar todos
los tratados, pero Inglaterra no le cree, él mismo parece dudarlo. Avanza sobre
Bélgica y en junio de ese año se arroja contra los ingleses en la famosa
batalla de Waterloo. Enfermo, pierde la batalla; regresa a París y abdica. Un
mes después, a bordo del barco inglés Bellerophone es hecho prisionero. El
gobierno inglés, temeroso, lo destierra a la lejana isla de Santa Elena, donde
muere. Sus restos son llevados a Francia en 1840 y enterrados con todos los
honores en el Monumento de los Inválidos.
Después
de la caída de Napoleón, se produce la restauración de los reyes destronados
por la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico. Parece, como si se restaurara
el Antiguo Régimen. Los monarcas buscan conservar el absolutismo. El Congreso
de Viena ayuda a su establecimiento. Sin embargo, los liberales burgueses
empiezan a promover movimientos que causan gran temor en los gobernantes absolutistas
de Austria, Rusia y Prusia que se integran en la Liga llamada Santa Alianza.
Sus propósitos: los principios del Cristianismo y la paz. Clemente de
Metternich, ministro de Austria, hombre conservador, convierte la Santa Alianza
en una moderna Santa Inquisición Internacional que intervenía en los países
europeos donde surgían las ideas revolucionarias. Interviene, así para sofocar
movimientos populares alemanes, en el Piamonte (parte norte de Italia) y en Nápoles.
También interviene en España, donde el movimiento popular ha obligado a Fernando
VIl a aceptar la Constitución de Cádiz. La Santa Alianza vence a los liberales
españoles y restablece el absolutismo del monarca español; intenta intervenir en
la independencia de las colonias españolas en América, Inglaterra se opone y el
presidente de los Estados Unidos. Jacobo Monroe hace famosa su declaración llamada
desde entonces:
Doctrina
Monroe. “los países americanos no deben ser considerados en adelante como
susceptibles de colonización por ninguna potencia europea. América es para los
americanos.”
El
segundo y definitivo fracaso de la Santa Alianza se presenta en el conflicto entre
los griegos ortodoxos y los turcos musulmanes. Prusia y Austria apoyan a Turquía;
Francia, Inglaterra y Rusia a Grecia. La flota franco-anglo-rusa resulta
vencedora: la Santa Alianza se disuelve. Estos movimientos incontrolables
tienen un carácter liberal y nacional.
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