El Cruce
de los Andes fue un conjunto de maniobras realizadas por el Ejército de
los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina)
entre el 12 de enero y el 8 de febrero de 1817, para atravesar la cordillera
de los Andes desde la región argentina de Cuyo hasta Chile,
y enfrentar a las tropas realistas leales a la Corona española que
allí se encontraban. Formó parte del plan que el general José de San
Martín desarrolló para llevar a cabo la Expedición Libertadora de Chile y
del Perú.
Historia
El Plan
continental de Independencia que habitaba en la mente del futuro libertador
exigía preparar un ejército “ pequeño pero bien disciplinado” en suelo
mendocino, sorprender al enemigo cruzando la cordillera de Los Andes y una vez
liberado Chile, reforzar las tropas con la incorporación de las del país
trasandino. Desde el nuevo territorio libre, la estrategia se proponía avanzar
por el Pacífico y atacar al Perú desde el mar, mientras un ejército de
observadores en el camino del Alto Perú debería empujar a los realistas hacia
Lima y luego de la ocupación de este bastión colonial, continuar la marcha
libertadora hacia el norte.
El
primer obstáculo se erigía en la estrategia como la montaña en el terreno, tan
evidentes uno y otro, como arduos superarlos. San Martín debía conducir el
ejército con todos sus materiales y bagajes, incluida la artillería, a través
de un terreno totalmente inhóspito; asegurando a la vez que la tropa, al final
del penoso recorrido, estaría en condiciones de dar aquella gran batalla que el
Libertador ya había previsto fuese en la Cuesta de Chacabuco. Este cruce andino
ha pasado a la historia como uno de los hechos de armas más grandiosos que ha
visto el mundo.
Los
probables caminos a transitar fueron recorridos innumerables veces por
oficiales, baqueanos y hasta el mismo comandante en jefe del ejército, para
elegir los más convenientes en función de los objetivos militares a alcanzar.
Así fue que el conocimiento del terreno fue prioritario en la elaboración de
los planes. El terreno hablaba a través de los testimonios de viajeros, viejas
cartografías y reconocimientos personales. Pero en varias ocasiones, desde
setiembre 1814 hasta la primavera de 1816, fue el mismo San Martín quien
interpeló directamente a la montaña. Realizó numerosos reconocimientos, desde
el valle de Uspallata hasta los caminos de importancia entre San Carlos y San
Juan. Mientras, el cuerpo de ingenieros del ejército de Los Andes, hacía lo propio
en un frente de 300 kilómetros, relevando las distancias a cronómetro y luego
volcando sus conclusiones en planos parciales y generales. Debió analizar las
ventajas y desventajas topográficas que presentaban cada uno de ellos, sus
posibilidades de acceso y la disponibilidad de recursos naturales
indispensables. Esta evaluación llevó a establecer una combinación de rutas que
permitieran cumplir las premisas de la Campaña, tomar objetivos principales y
secundarios, inducir a la población a adherir a la causa de la independencia y
dar en una sola y gran batalla el golpe decisivo al poder realista en Chile.
Esta
verdadera labor de ingeniería estratégica, llevó a San Martín a elegir seis
grandes rutas, desde el norte argentino, en la Provincia de La Rioja, hasta
nuestro sur mendocino, en el actual departamento de Malargüe. Nacen así los
caminos que pasarían a la historia como las “rutas sanmartinianas” y de las
cuales Uspallata, del Portillo y Planchón, recorren nuestro territorio
provincial, mientras que el paso que recibió el grueso de las cansadas huellas
de la tropa, el de Los Patos, se comparte en su recorrido con la provincia de
San Juan.
Por el
primero de esos trayectos marcharían los hombres del entonces Coronel Juan
Gregorio de Las Heras, con expresas órdenes de llegar al Valle de Aconcagua el
8 de febrero de 1815, luego de requisar ganado y copar guardias enemigas en las
estibaciones cordilleranas, hasta tomar contacto con la vanguardia del
Ejército, conducida por el brigadier Soler. Días después avanzaría por las
mismas huellas, el esforzado Capitán Fray Luis Beltrán, con la artillería
patriota. Otro grupo miliciano recorría el camino del Portillo argentino, en
las cercanías del Manzano Histórico, bajo las órdenes del Capitán José León
Lemos, con la misión principal de simular ser la vanguardia de las fuerzas
principales, y de esta forma desorientar a los realistas y fomentar su
insurrección. Por el paso del Planchón, avanzarían los hombres del teniente
coronel Ramón Freyre, patriota chileno quien, con escasos 190 hombres debía
cumplir objetivos similares.
El
grueso de la tropa, con el Estado Mayor comandado por San Martín, emprendería
el duro camino al norte, en busca de tierra sanjuanina, para vencer la
cordillera de Los Patos, dejando atrás alturas de más de cuatro mil metros en
el Espinacito, e ingresando a Chile por los pasos de las Llaretas y Valle
Hermoso. El encuentro con los hombres de Las Heras, cerraría esta etapa,
abriendo el capítulo de la gran victoria. Se había desafiado a la altura, se la
había vencido, para conquistarla para siempre.
Conclusión
San Martín
y sus hombres cruzaron la cordillera de Los Andes y derrotaron a los españoles
en la batalla de Maipú. La primera parte del plan continental estaba superada.
El próximo paso suponía dirigirse hacia el Alto Perú para combatir con el
bastión más grande de los realistas en América.
El Cruce
de los Andes es considerado como uno de los grandes hitos de la historia
argentina, así como también como una de las mayores hazañas de la historia
militar universal. Algunos autores lo toman como parte de un conjunto de
acciones que integran el llamado Plan de Maitland.
El monumento al Ejército de los Andes,
en el Cerro de la Gloria, en la ciudad de
Mendoza.
Hola!!! muy bueno el blog, interesante!!!! somos del Instituto Mariano Moreno de Sporting Club y también estamos haciendo nuestro blog para el concurso.. Les queríamos preguntar si saben, ¿Qué es el plan Maitland?
ResponderEliminarEl general escocés Thomas Maitland diseñó en el año 1800 un "Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y Quito".
EliminarEn síntesis los puntos principales de este plan consistían en:
Ganar el control de Buenos Aires.
Tomar posiciones en Mendoza.
Coordinar las acciones con un ejército libertador en Chile.
Cruzar los Andes.
Derrotar a los españoles y controlar Chile.
Continuar por mar hacia Perú y liberarlo.
José de San Martín pudo haber conocido los pormenores de este plan, durante su estadía en Londres, en 1811. Esta teoría es avalada por Rodolfo Terragno en su libro "Maitland & San Martín" editado por la Universidad Nacional de Quilmes. Junto con esta afirmación, Terragno aclara que el gran mérito de San Martín fue y será el haber ejecutado dicho plan.